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Dolor de hombros

La mayor parte de las veces la raíz del problema será un reumatismo, un pinzamiento, una tendinitis o un microtraumatismo de carácter profesional (tenistas, bailarines, levantadores de peso, etc).

La técnica de los Trazos profundos es de gran efecto y muy rápida de resultados. Después de esta terapia, los hombros habrán dejado de doler y si había limitación de movimientos, éstos se habrán ampliado considerablemente.

Ingredientes:
¼ litro de aceite de oliva
5 dientes de ajo cortados
2 puñados de romero
2 puñados de lavanda

Preparación:
Hervir todo durante 45 minutos, al Baño María (justo que comience la ebullición) y dejar que pose 30 minutos.

Filtramos el aceite y lo envasamos para su utilización posterior. Para su utilización es más cómodo tener preparado un pequeño frasquito con cuentagotas. Calentar el frasquito al Baño María.

Uso:
Calentar el frasquito al Baño María.

Colocar al afectado sentado con la espalda descubierta.

Poner unas gotas en el cuello y espalda alta, hasta los omóplatos. Untarse las manos y frotarlas para calentar el bálsamo.

Extender el aceite a los lados del cuello, columna vertebral y alrededor de hombros y omoplatos.

Efectuar trazos lentos, profundos y firmes desde media espalda a los lados de la columna hasta el pelo de la cabeza. Dibujar estos mismos trazos alrededor de los omoplatos y en los hombros, alrededor de las zonas doloridas, y en los trapecios.
Buscar los puntos dolorosos y después de untar la zona con el aceite, meter el dedo entre los músculos y dejar que se deslice por los valles musculares.

Realizar los trazos finales por encima y debajo de las clavículas y, con más suavidad, alrededor de las axilas.

La presión correcta deberá llegar a provocar un poco de dolor.
Mover despacio la articulación hacia delante y hacia atrás.
Cubrir al afectado con ropa de algodón caliente y acostarla.
Repetir diariamente hasta que desaparezca.

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